1 de febrero de 2015

Breve introducción al YOGA

Hoy domingo 1 de febrero de 2015 inauguramos este blog que no tiene otra misión que divulgar conocimiento sobre yoga.

Lo hacemos porque nos apasiona este mundo, porque nos sirve para seguir aprendiendo y porque disfrutamos con ello. Y, no menos, lo hacemos para extender un poco el conocimiento.

Esperamos, e invitamos a, que la gente participe siempre desde el respeto, el amor y la comprensión.

Como este blog está pensado para todo el mundo independientemente del nivel de conocimiento, vamos a empezar con algo realmente simple: orientado a aquellas personas que alguna vez han oído mencionar la palabra yoga pero poco más. Hace poco más de un año, en un día estival, mantuve una charla con los paisanos del pueblo donde estaba pasando unos días de descanso.

La charla fue más o menos así...

Buenos días a todos, vuestro alcalde me ha pedido que, aprovechando la solana que está cayendo, y dado que debajo de este árbol, a la orilla del río, estamos frescos, os hable sobre yoga. Miro alrededor y veo una audiencia de lo más variopinta: madres con hijos pequeños, un grupillo de adolescentes, algunos representantes de la tercera edad—los sabios del lugar—e incluso alguna persona de la gran ciudad que nunca antes había visto por el lugar. Esta variedad de público me lo pone un poco más difícil, pero espero saciar vuestra curiosidad sobre esta palabra.
Yoga es una tradición que tiene origen allá por Asia. Para ser más exactos, podríamos decir que la zona geográfica que abarca dichos orígenes sería desde al actual Pakistan hasta las zonas aledañas a Tailandia. Para simplificarlo, quedaros con que viene de la India, que más o menos está en el medio.
Alguno de vosotros se preguntará ¿qué es tradición? Podríamos decir que tradición es cada uno de los elementos que el pueblo considera dignos de constituirse como una parte integral de sus usos y costumbres. La tradición engloba conocimiento, principios, fundamentos socio-culturales, etc. Todos estos elementos, como tradición, se consideran especialmente valiosos y se transmiten de unas generaciones a otras a fin de que se conserven y perduren. Podríamos decir que las fiestas de Sauquillo, vuestros pasacalles, la salida de la Virgen a hombros de los mozos la semana que viene, etc. son parte de vuestra tradición.
Veo que el cura se sonríe, pero me temo que no hablamos de religión. A lo sumo, os concedería, señor cura, la posibilidad de decir filosofía. Pero vayamos por partes y no nos adelantemos.
Vuestra siguiente pregunta podría ser ¿y cuan antigua es esa tradición del yoga? Con certeza no se sabe. No se podría decir el año exacto, pero, más o menos, se estima que la tradición del yoga tiene unos cinco mil años. Veo algunas caras de sorpresa entre el público. Pues si, el tema del yoga se remonta a épocas en las que no existía Pakistán, la India… Por existir, ni existían las religiones tales como el budismo, el jainismo o el hinduismo. Ahora hasta nuestro párroco se sorprende. Pues si, el yoga es muy antiguo y no es una religión.
Sí es cierto que el yoga, como tal, tuvo mucha influencia en estas religiones que acabo de mencionar. Pero no más influencia que otras tradiciones occidentales o de las américas tuvieron en la religión Católica. Pero sobre esto las preguntas a vuestro párroco porque yo no entiendo mucho del tema.
Ahora, y lo veo en vuestras caras, os preguntáis de nuevo ¿y qué tiene eso del yoga entonces? Lo que haré en los próximos minutos es profundizar sobre algunos elementos, muy pocos, de los que forman esa tradición del yoga. Veo que uno de los jóvenes le está chivando a uno de sus amigos que el yoga es una gimnasia. Pues si, es cierto. Uno de los elementos que conforman esa tradición es el ejercicio físico. Pero, cómo os he dicho, solo veremos la puntita del iceberg. Al fin y al cabo, cinco mil años dan para mucho. Vayamos poco a poco que si no me lío.
El yoga llega a España a mediados del siglo XX, quita o pon unas décadas. Y lo que nos llega es aquello que más nos gusta, o aquello que más necesitamos. Cuando los grandes expertos en yoga llegan a occidente, lo que ven es una sociedad muy materialista que se dedica a ganarse duramente la vida con el trabajo, y el poco tiempo del que disponen libre, lo dedican a gastar lo que ganan para alegrarse la vida. Las personas viven para trabajar y trabajan para vivir; sin mirarse dentro.
Lo que estos expertos nos dicen es que hay algunas cosas que nos pueden venir de fábula a la hora de encarar la dura vida. Estas cosas, de las que os hablaré hoy, son básicamente tres: ejercicio, meditación y la respiración. Estos tres conceptos, aunque diferentes, están muy relacionados entre si y, creerme, mejoran muchísimo vuestra calidad de vida.
Del ejercicio ¿Qué os puedo decir que no sepáis ya? Que ya me dijo el alcalde que los jóvenes de este pueblo juegan al fútbol, que los abueletes se van al Centro de Jubilados a hacer gimnasia y que, además, en el parque tenéis aparatos para hacer más ejercicios; que aquellos jóvenes de la ciudad del fondo tienen pinta de meter horas en el gimnasio ¡pero si los beneficios del ejercicio ya los conocéis!
Entonces ¿para qué me vale el yoga? Hay una pequeña diferencia entre hacer ejercicio y practicar yoga. El yoga “físico” también trata sobre ganar flexibilidad, sobre estirar la columna, sobre tonificar vuestros músculos… y hasta aquí se parece a lo que hacéis. Pero, que me decís si os digo que con el yoga aprendo a controlar mejor mis movimientos, aprendo a mejorar mis posturas—sentado, caminando e incluso durmiendo. Veo que algunos están prestando ahora más atención.
Pues si, el yoga te enseña como funciona tu cuerpo y como debo usarlo en la vida cotidiana para evitar lesiones y problemas derivados de nuestro estilo de vida. Veo que algunos de vosotros tenéis escoliosis; veo a tres o cuatro que se retuercen en la silla porque les molesta la espalda; veo aún más que tienen más chepa en la espalda que el Jorobado de Notre Dame. Cuando practicas yoga y aprendes los porqués de todos esos problemas, tu eres el primero capacitado para arreglarlos. Eso si, no nos equivoquemos. No hablamos de la panacea universal. El yoga requiere disciplina y constancia; pero las recompensas son muy grandes y, además, es divertido.
Sobre la meditación os diré que es una técnica que nos ayuda a calmar nuestra mente. Seguro que os ha pasado que después de hacer mucho ejercicio os encontráis estupendos: cansados pero con un buen cuerpo… Pues a la meditación podéis llamarla el ejercicio de la mente.
Os habrá pasado muchas veces que os encontráis agitados por dentro—como inquietos; que tenéis muchas cosas en la cabeza y no sabéis por donde empezar; que parece que todo se os viene encima y no sabéis como salir. Eso nos pasa a todos y cada uno de nosotros: se llama vida. La diferencia estriba en saber como aceptar dichas situaciones, como serenar nuestra mente, y cómo poder seguir para adelante con buena cara. El ejercicio de la meditación nos ayuda a lograr esto. Podemos meditar mientras damos un paseo, cuando tomamos un baño, mientras preparamos la comida… Aprender a meditar requiere tiempo y paciencia, pero los beneficios son muchísimos. Y adivinar que, en el yoga, mientras practicamos los ejercicios de los que hablé antes… ¡aprendemos también a usar la meditación!
Finalmente, y casi por ser lo más importante, os hablaré un poco sobre la respiración ¿Alguno de vosotros es consciente de que en este momento está respirando? Pues todos lo estáis haciendo y ni os dais cuenta. Os daré dos datos. Sin espirar nadie puede vivir—fijaros si es importante la respiración—y, además, esta se puede controlar y os ayuda a calmaros.
Puedes decidir cuando inspiras o cuando espiras. Puedes incluso decidir cuando retienes la respiración. Sin embargo, nadie puede decidir dejar de respirar. Cuando lo haces, y si tienes mucho entrenamiento, acabas desmayándote y en ese momento tu cuerpo, que es la mar de listo, continua respirando. Esto lo digo para las madres que estáis aquí cuyos hijos os amenazan cuando tienen una rabieta con que van a dejar de respirar. Podéis dejarles que lo hagan sin preocuparos, no tiene consecuencias negativas.
Os daré dos ejemplos sobre la importancia de la respiración. Para las que sois madres ¿os acordáis cuando os enseñaban a respirar durante las clases de preparación al parto? Sin duda os sirvieron de ayuda durante el parto. Para el resto, fijo que en más de una ocasión, cuando estabais cabreados, habéis hecho el acto de inspirar profundamente y resoplar muy lentamente. Y os daréis cuenta, que esa acción automática o aprendida, sin casi ser conscientes, de alguna manera os calmó un poquito ¿verdad? Solo con estos dos pequeños ejemplos podéis haceros una idea de cuan importante puede llegar a ser la respiración.
¡Y adivinar que! Cuando haces ejercicio en yoga, este no solo te ayuda a meditar, sino que lo más importante es acompañar a los ejercicios con una buena técnica de respiración que también se enseña. Y esas técnicas, te las lleva a casa para aplicarla al día a día.
O sea, que cuando se practica yoga, aprendes a conocer tu cuerpo y a usarlo, aprendes a respirar de una forma consciente y saludable, y además empiezas a aprender a meditar ¿Qué más podéis pedir?

Bueno, veo que ya han abierto la piscina municipal y, al menos yo, estoy con unas ganas de bañarme que me muero. Os doy las gracias por vuestra atención y, como voy a estar en el pueblo los próximos quince días, si alguno de vosotros me quiere preguntar más cosas del yoga, estoy a vuestra disposición. Pensar que cinco mil años de tradición dan para muchas cosas interesantes sobre las que hablar.

Namasté

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