Lo hacemos porque nos apasiona este mundo, porque nos sirve para seguir aprendiendo y porque disfrutamos con ello. Y, no menos, lo hacemos para extender un poco el conocimiento.
Esperamos, e invitamos a, que la gente participe siempre desde el respeto, el amor y la comprensión.
Como este blog está pensado para todo el mundo independientemente del nivel de conocimiento, vamos a empezar con algo realmente simple: orientado a aquellas personas que alguna vez han oído mencionar la palabra yoga pero poco más. Hace poco más de un año, en un día estival, mantuve una charla con los paisanos del pueblo donde estaba pasando unos días de descanso.
La charla fue más o menos así...
Buenos días a todos, vuestro alcalde me
ha pedido que, aprovechando la solana que está cayendo, y dado que debajo de
este árbol, a la orilla del río, estamos frescos, os hable sobre yoga. Miro
alrededor y veo una audiencia de lo más variopinta: madres con hijos pequeños,
un grupillo de adolescentes, algunos representantes de la tercera edad—los
sabios del lugar—e incluso alguna persona de la gran ciudad que nunca antes
había visto por el lugar. Esta variedad de público me lo pone un poco más difícil, pero espero saciar vuestra curiosidad sobre esta palabra.
Yoga es una tradición que tiene origen allá por Asia. Para ser más exactos,
podríamos decir que la zona geográfica que abarca dichos orígenes sería desde
al actual Pakistan hasta las zonas aledañas a Tailandia. Para simplificarlo,
quedaros con que viene de la India, que más o menos está en el medio.
Alguno de vosotros se preguntará ¿qué es
tradición? Podríamos decir que tradición es cada uno de los elementos que el
pueblo considera dignos de constituirse como una parte integral de sus usos y costumbres. La tradición engloba conocimiento, principios, fundamentos socio-culturales, etc. Todos estos elementos,
como tradición, se consideran especialmente valiosos y se transmiten de unas generaciones a otras a fin de que se conserven y perduren. Podríamos
decir que las fiestas de Sauquillo, vuestros pasacalles, la salida de la Virgen
a hombros de los mozos la semana que viene, etc. son parte de vuestra
tradición.
Veo que el cura se sonríe, pero me temo
que no hablamos de religión. A lo
sumo, os concedería, señor cura, la posibilidad de decir filosofía. Pero
vayamos por partes y no nos adelantemos.
Vuestra siguiente pregunta podría ser ¿y
cuan antigua es esa tradición del yoga? Con certeza no se sabe. No se podría
decir el año exacto, pero, más o menos, se estima que la tradición del yoga
tiene unos cinco mil años. Veo algunas caras de sorpresa entre el público. Pues
si, el tema del yoga se remonta a épocas en las que no existía Pakistán, la
India… Por existir, ni existían las religiones tales como el budismo, el jainismo
o el hinduismo. Ahora hasta nuestro párroco se sorprende. Pues si, el yoga es muy antiguo y no es una religión.
Sí es cierto que el yoga, como tal, tuvo
mucha influencia en estas religiones que acabo de mencionar. Pero no más influencia
que otras tradiciones occidentales o de las américas tuvieron en la religión
Católica. Pero sobre esto las preguntas a vuestro párroco porque yo no entiendo
mucho del tema.
Ahora, y lo veo en vuestras caras, os
preguntáis de nuevo ¿y qué tiene eso del yoga entonces? Lo que haré en los
próximos minutos es profundizar sobre algunos elementos, muy pocos, de los que
forman esa tradición del yoga. Veo que uno de los jóvenes le está chivando a
uno de sus amigos que el yoga es una gimnasia. Pues si, es cierto. Uno de los
elementos que conforman esa tradición es el ejercicio físico. Pero, cómo os he
dicho, solo veremos la puntita del iceberg. Al fin y al cabo, cinco mil años
dan para mucho. Vayamos poco a poco que si no me lío.
El yoga llega a España a mediados del siglo
XX, quita o pon unas décadas. Y lo que nos llega es aquello que más nos gusta,
o aquello que más necesitamos. Cuando los grandes expertos en yoga llegan a
occidente, lo que ven es una sociedad muy materialista que se dedica a ganarse
duramente la vida con el trabajo, y el poco tiempo del que disponen libre, lo
dedican a gastar lo que ganan para alegrarse la vida. Las personas viven para
trabajar y trabajan para vivir; sin mirarse dentro.
Lo que estos expertos nos dicen es que
hay algunas cosas que nos pueden venir de fábula a la hora de encarar la dura vida.
Estas cosas, de las que os hablaré hoy, son básicamente tres: ejercicio, meditación y la respiración.
Estos tres conceptos, aunque diferentes, están muy relacionados entre si y, creerme, mejoran muchísimo vuestra calidad de vida.
Del ejercicio ¿Qué os puedo decir que no
sepáis ya? Que ya me dijo el alcalde que los jóvenes de este pueblo juegan al fútbol, que los abueletes se van al Centro de Jubilados a hacer gimnasia y que,
además, en el parque tenéis aparatos para hacer más ejercicios; que aquellos
jóvenes de la ciudad del fondo tienen pinta de meter horas en el gimnasio ¡pero
si los beneficios del ejercicio ya los conocéis!
Entonces ¿para qué me vale el yoga? Hay
una pequeña diferencia entre hacer ejercicio y practicar yoga. El yoga “físico”
también trata sobre ganar flexibilidad, sobre estirar la columna, sobre
tonificar vuestros músculos… y hasta aquí se parece a lo que hacéis. Pero, que
me decís si os digo que con el yoga aprendo a controlar mejor mis movimientos,
aprendo a mejorar mis posturas—sentado, caminando e incluso durmiendo. Veo que
algunos están prestando ahora más atención.
Pues si, el yoga te enseña como funciona
tu cuerpo y como debo usarlo en la vida cotidiana para evitar lesiones y
problemas derivados de nuestro estilo de vida. Veo que algunos de vosotros
tenéis escoliosis; veo a tres o cuatro que se retuercen en la silla porque les
molesta la espalda; veo aún más que tienen más chepa en la espalda que el
Jorobado de Notre Dame. Cuando practicas yoga y aprendes los porqués de todos
esos problemas, tu eres el primero capacitado para arreglarlos. Eso si, no nos
equivoquemos. No hablamos de la panacea universal. El yoga requiere disciplina
y constancia; pero las recompensas son muy grandes y, además, es divertido.
Sobre la meditación os diré que es una
técnica que nos ayuda a calmar nuestra mente. Seguro que os ha pasado que
después de hacer mucho ejercicio os encontráis estupendos: cansados pero con un
buen cuerpo… Pues a la meditación podéis llamarla el ejercicio de la mente.
Os habrá pasado muchas veces que os
encontráis agitados por dentro—como inquietos; que tenéis muchas cosas en la
cabeza y no sabéis por donde empezar; que parece que todo se os viene encima y
no sabéis como salir. Eso nos pasa a todos y cada uno de nosotros: se llama
vida. La diferencia estriba en saber como aceptar dichas situaciones, como
serenar nuestra mente, y cómo poder seguir para adelante con buena cara. El
ejercicio de la meditación nos ayuda a lograr esto. Podemos meditar mientras
damos un paseo, cuando tomamos un baño, mientras preparamos la comida… Aprender
a meditar requiere tiempo y paciencia, pero los beneficios son muchísimos. Y
adivinar que, en el yoga, mientras practicamos los ejercicios de los que hablé
antes… ¡aprendemos también a usar la meditación!
Finalmente, y casi por ser lo más
importante, os hablaré un poco sobre la respiración ¿Alguno de vosotros es
consciente de que en este momento está respirando? Pues todos lo estáis
haciendo y ni os dais cuenta. Os daré dos datos. Sin espirar nadie puede
vivir—fijaros si es importante la respiración—y, además, esta se puede
controlar y os ayuda a calmaros.
Puedes decidir cuando inspiras o cuando
espiras. Puedes incluso decidir cuando retienes la respiración. Sin embargo,
nadie puede decidir dejar de respirar. Cuando lo haces, y si tienes mucho
entrenamiento, acabas desmayándote y en ese momento tu cuerpo, que es la mar de
listo, continua respirando. Esto lo digo para las madres que estáis aquí cuyos
hijos os amenazan cuando tienen una rabieta con que van a dejar de respirar.
Podéis dejarles que lo hagan sin preocuparos, no tiene consecuencias negativas.
Os daré dos ejemplos sobre la
importancia de la respiración. Para las que sois madres ¿os acordáis cuando os
enseñaban a respirar durante las clases de preparación al parto? Sin duda os
sirvieron de ayuda durante el parto. Para el resto, fijo que en más de una
ocasión, cuando estabais cabreados, habéis hecho el acto de inspirar
profundamente y resoplar muy lentamente. Y os daréis cuenta, que esa acción
automática o aprendida, sin casi ser conscientes, de alguna manera os calmó un
poquito ¿verdad? Solo con estos dos pequeños ejemplos podéis haceros una idea
de cuan importante puede llegar a ser la respiración.
¡Y adivinar que! Cuando haces ejercicio
en yoga, este no solo te ayuda a meditar, sino que lo más importante es
acompañar a los ejercicios con una buena técnica de respiración que también se
enseña. Y esas técnicas, te las lleva a casa para aplicarla al día a día.
O sea,
que cuando se practica yoga, aprendes a conocer tu cuerpo y a usarlo, aprendes
a respirar de una forma consciente y saludable, y además empiezas a aprender a
meditar ¿Qué más podéis pedir?
Bueno, veo que ya han abierto la piscina
municipal y, al menos yo, estoy con unas ganas de bañarme que me muero. Os doy
las gracias por vuestra atención y, como voy a estar en el pueblo los próximos
quince días, si alguno de vosotros me quiere preguntar más cosas del yoga,
estoy a vuestra disposición. Pensar que cinco mil años de tradición dan para
muchas cosas interesantes sobre las que hablar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario